Memorias de un Zombie

El sábado fui al Salón del manga de Valencia.
No os voy a mentir, a mí no me gustó nada. Estaba mal organizado, mal decordo, mal ventilado y mal sonorizado. Las proyecciones eran inexistentes y la coordinación entre coordinadores nula. Cobraban 3'50€ la entrada y 2'50€ la botella de agua, parecía haber sido montado más como un negocio que como unas jornadas.
Sin embargo, como en todas las jornadas, habían cosplay. Montones de cosplay. Y yo fui de Earl Hickey.
Ahí arriba podéis verme, de izquierda a derecha, con: Angewomon, uno de mis tantos mitos sexuales juveniles; Duff Girl, sencillamente genial; y una versión cutre (pero hecha cutre aposta) de los Ultimates y el Dr. Muerte, el otro que sale en la foto es mi colega Fran.
Total, que allí estaba yo, con unos cuantos coleguitas, y todos medio muertos de asco. Pues va y no se me ocurre otra cosa que, con dos cojones como dos claveles reventones, coger y presentarme al concurso de cosplay.
Entre Narutos e Ichigos salí al escenario y solté de carrerilla el opening de Me Llamo Earl, mostrando incluso una imporvisada lista que no era nada más allá de dos post-its en blanco que había llevado por si las moscas.
No sé si me creeréis, pero gané.
Gané el puto concurso de cosplay.
También es cierto que gané en la categoría "Mejor cosplay hecho en 5 minutos".
Pero el caso es que gané.
Con dos cojones (como dos claveles reventones, ya lo he dicho).
Aquí podéis verme posando junto a mi trofeo: una figura de un palmo de alto de Inoue Orihime, del manga Bleach. Hay que reconocer que se portaron con los premios.