En los últimos años de mi vida sentimental, por llamarla de alguna manera, siempre ha habido una constante: llegados a determinado punto con cualquier chica, lo perdía todo, volvía a la casilla de salida. Incluso a veces caía por el camino en la casilla de la cárcel y ahí me quedaba por dos turnos, pero nunca iba de oca en oca y tiro porque me toca.
Era un hecho que siempre achacaba a mi mala suerte o a fuerzas externas y malvadas cuyo único propósito eran amargarme la existencia en un intrincado y desconocido juego de dioses que jamás llegaría a comprender. Sin embargo, debido a que me saltaba clases de tres horas enteras, éste último año he tenido tiempo para reflexionar, aunque sea un poquito día a día. La culpa era mía. Bueno, mía y de la tele. Primero habría que analizar las féminas que más me marcaron en mi juventud.
Xena: La princesa guerrera que ¿era mala? ¿era buena? ¿era lesbiana? Sea como fuere, siempre acaba luchando en pro de los más necesitados, y cómo... La incertidumbre sobre su condición moral y el saber que había sido una sanguinaria genocida redimida gracias a Gabrielle, su fiel ¿escudera? ¿compañera? ¿amante? y el saber que, si se enfadaba, te cruzaba la cara y punto, eran aspectos de un carácter fuerte y dominante que me encantaban.
Dra. Saddler: No era experta en artes marciales, no masacraba a sus enemigos, pero era increíblemente lista y le echó mucho valor para enfrentarse a los velociraptores. El patrón del carácter fuerte se repite, y el hecho de que le gustasen los dinosaurios más que a mí todavía más. Además, siempre me gustó que fuese más inteligente que yo.
Rachel Green: Friends fue la primera serie de la que realmente se me pudo considerar un fanático, aún a pesar de verla en Canal + a duras penas debido a los contínuos cambios de horario. Y dentro de esa serie había una muchachita mojigata y mimada que, poco a poco, iba descubriendo el regustillo amargo de la vida, pero nunca perdió el buen humor. Y mientras su personaje evolucionaba, yo, apenas un pre-adolescente, iba viendo que el mundo real es una mierda, pero acaba gustándote, y que más valía tomarme las cosas con humor o acabaría cortándome las venas (es una exageración hecha a posta, ¿vale?). Llegué a cogerle rabia a Ross una temporada xD
Leeloo: La primera película de Bruce Willis que vi fue El Quinto Elemento, como todos sabéis, el Tío Bruce me marcó muy profundamente. Pero junto a él había una muchacha pelirroja, fuerte pero vulnerable, que lo sabía todo y nada a la vez, y que repartía más hostias que en una comunión. Además, para qué negarlo, enseñaba las tetas varias veces en la película, y eso, para un púber como era, molaba mucho.
No obstante, eran esos contrastes antes mencionados, el que fuese una guerrera experta inocente, el que fuese tan fuerte que necesitase protección, despertaban en mí sensaciones desconocidas. Además, el saber que ella era la clave de la supervivencia del Universo, saber que mi vida al lado de la suya era insignificante, mo molaba muchísimo.
Jean Grey: Hija del átomo, salvadora y destructora del Universo, guerrera, piadosa, increíblemente inteligente, mutante, fiel a sus más allegados y siempre con una sonrisa en la boca. Conocí por primera vez a éste pelirroja a través de la serie de animación de X-Men del '95, que, por cierto, ha envejecido bastante mal. Jeannie podía destruir un sistema galáctico entero con un sólo pensamiento y, sin embargo, se mantenía fielmente al lado de su amor, Cíclope, Scott Summers, un gilipollas integral, en lugar de ceder a sus instintos más primarios y vivir un tórrido romance con el canadiense Logan, Lobezno.
Como véis, los patrones de carácter fuerte se repiten, al igual que el de los amplios contrastes en la personalidad o el de la inteligencia superior a la mía.
Visto lo visto, se puede deducir que lo que buscaba en una mujer era que fuese muy inteligente, de carácter fuerte en todos los sentidos y que nunca perdiese el sentido del humor, aunque fuese ironía agridulce. Podría decirse que unir todos esos personajes que me marcaron durante mi crecimiento es imposible; sin embargo, recientemente ha surgido una nueva personaje en el mundo del cine que las unifica a todas:
Lucy McClane: Es fuerte, lo que quiere lo toma cuando y como quiere; es lista, consigue improvisar varias tretas, sucias o no, para salir del paso; tiene sentido del humor, aunque esté bajo presión puede soltarle mil borderías al malo de turno, incluso al bueno de turno; y, por el amor del cielo, ¡¡¡es la hija de John McClane!!!
Si es que no se puede pedir más en ésta vida. Yo quiero salir con una chica que sea como Lucy McClane, y punto. es mi máxima aspiración en la vida.
Pues bien, retomando el punto anterior, en los últimos años no he encontrado a ninguna chica que fuese como Lucy McClane. Siempre faltaba algo, o su forma de ser no casaba con la mía, quizá fuesen detalles ínfimos, pero siempre lograba encontrar defectos que las alejaban de mi ideal, algo parecido a lo que le pasa a John Dorian, J.D. para los amigos, el protagonista de Scrubs. Y todo ésto justo terminé de descubrirlo viendo esa serie.
Así pues, ahora tengo que hacer un esfuerzo por cambiar mi forma de ser, al igual que hizo J.D., y dejar de ser tan exigente con las chicas (como si yo estuviese en posición de exigir...).
Eso sí, si algún día me encuentro con Lucy McClane, me dará igual igual tener esposa e hijos, me lanzaré de cabeza a por ella...
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El que cambies tus expectativas respecto a las mujeres es un propósito que te será muy beneficioso, ya que lo que tú adoras son "ideales" que poseen todo lo que tú deseas. Las personas de verdad tienen cosas buenas y cosas malas, nunca serán del todo que tú quieres. xD
Y bueno... nunca sabes qué persona te va a acabar gustando y, normalmente, no cumplen los cánones establecidos. :P
Te doy la razón en que Leeloo tenía gran atractivo, fue ídolo sexual hasta para las mujeres hetero...
Jill dijo...
15 de junio de 2008, 11:26
Cuando una mujer te gusta, te gusta y punto, da igual que no encaje en tus esquemas ^^
Eso si, eres friki hasta para encontrar chica, seguro que el dia que consigas una relacion seria le preguntaras si no le importaria teñirse un mechon blanco enmedio de su melena... xD
Y Lucy McClane... es Lucy... y encima se apellida McClane... que mujer...
"Soy una patata casada, soy una patata casada" xD
Denbrough McClane dijo...
15 de junio de 2008, 12:18
Tío... ¿Qué haces invitándome a movidas para mi blog? xD. Y encima no me avisas... Así no me entero, hombre. De todas formas, no quiero saber nada de concursos ahora mismo. Mi blog está criogenizado. Sorry! Suerte de todas formas.
Y en cuanto a las mujeres, pues sí, yo también soy de esos con ideales y estándares, pero mira... Eso son, ideales. Suscribo a Jill. Y yo también tengo que hacer algo de esfuerzo para cambiar al respecto.
Dr. Fleming dijo...
16 de junio de 2008, 12:05
P.D: Tío, el zombiedrama TIENE que ser una serie de cómic. Es un formato adecuado, no necesitaríamos intervención externa y, ergo, tendríamos completo control creativo y del proceso de producción.
P.D 2: ¿Cronocrímenes? ¿Ya sabes si tendrás dinero ese día? xDDD.
Dr. Fleming dijo...
16 de junio de 2008, 12:06
P.D 3: Ya que estoy... ¿Qué vas a hacer al final académicamente? Espero que elijas bien. Suerte (de nuevo).
Dr. Fleming dijo...
16 de junio de 2008, 12:33
Jill: Cambiar, cambiaré, ahora espera a ver cuánto voy a atdar en cambiar, que no es cosa de mudar la piel xD
Denbrough: La pregunta no es si lo haría, sino si ya lo hice en su momento... (la respuesta es: "No, no lo hice... ¡y me arrepiento!" xD)
Fleming: Eres un puto pesado xD
Había pensado que, para el guión del zombiedrama te encargases tú del drama y yo del zombie, que e slo que mejor se nos da a cada uno (eso sí, cualquiera puede opinar sobre el trabajo del otro)
Seguramente tendré pasta, pero ves avisándome cada X días, que se me ha olvidado la fecha y, lo más seguro, es que se me continúe olvidando...
Y no tengo todavía muy claro qué haré, pero hay varias cosas fluctuando en mi mente.
Carcayú dijo...
16 de junio de 2008, 13:36